La Barrica de la Oca

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viernes, 23 de mayo de 2008

Villar de Sobrepeña

Existen asentamientos en torno a Villar desde la Prehistoria. Aprovechando tanto las facilidades recolectoras que ofrecen ambos ríos para el ser humano (caza, pesca, recogida de frutos), como las distintas oquedades de la roca a modo de viviendas. Los cráneos Cro-Magnon encontrados en la cueva "el Tisuco", cerca de Sepúlveda son ejemplo de ello.El conocimiento y mejora de la agricultura posibilitó la mayor transición que la raza humana ha conocido hasta la actualidad, el paso de una economía recolectora a otra productora. Este hecho hizo posible que los seres humanos abandonaran sus costumbres nómadas por otras más estables, dando lugar a los primeros núcleos de población.Los ríos Duratón y Marijave no debieron ser una excepción en esta evolución del hombre, sino más bien otro pequeño eslabón hacía ella. El cañón del río Duratón es testigo mudo de este proceso, ya que escondidas entre las oquedades de las rocas se vislumbran, desafiando al tiempo, increíbles pinturas rupestres que tanto por su calidad como por su cantidad sólo pueden conocer el calificativo de excepcionales.
De difícil precisión cronológica (IV milenio- I milenio a.C.) y de marcado carácter esquemático, fueron realizadas con tintes rojos y negros, ayudándose con las disoluciones calcáreas que desprende la roca. Estas pinturas pueden encontrarse dispersas ( puntos, soles o lunas) o bien concentradas representando escenas de animales, caza, grupos de hombres, etc., siempre al refugio de los abrigos que el río Duratón concede a lo largo de su cañón; ejemplo de todo ello son: La solapa del águila, Molinilla o el Juego de la Chita, cerca de la Fuencaliente, fuente de agua que servía hasta hace pocas décadas como lavadero y manantial al Villar de Sobrepeña.Estas primeras representaciones artísticas son producto de pueblos nómadas o de pequeños asentamientos preibéricos y no será hasta la llegada del mundo Celta, cuando se pueda hablar de núcleos de población estables. Son los llamados Castros.
Con el declive y posterior caída del Imperio Romano llegan a Hispania pueblos germánicos como Suevos, Vándalos y los más evolucionados de todos ellos los Visigodos, que mantendrán parte de la cultura y sociedad romanas, constituyendo una dinastía monárquica que dominará la península hasta la llegada árabe.El cañón del río Duratón ha llamado la atención del hombre, como ya hemos visto, desde el principio de los tiempos, no sólo por los beneficios que presenta, sino también por ese haz sobrenatural que recorre cada uno de sus riscos, proporcionando el recogimiento necesario para acercar el alma hacía un mundo místico y religioso, que atrajo en esta época a una gran cantidad de anacoretas y sabios a su cauce. Cuevas como la de las brujas, la del Gemen o la más conocida de todas , la de los Siete Altares sirvieron como cobijo para sus estudios, mediciones...Destacaron entre estos sabios-eremitas Frutos y sus hermanos Valentín y Engracia. Precisamente la subida a los altares del primero propició la creación del priorato del mismo nombre que unido a las ermitas de sus hermanos, el convento de la hoz y San Julián comprenden las construcciones religiosas que se conocen alrededor del río Duratón. Los reinos cristianos en su avance hacia el sur y por motivos militares, se ven obligados a refortificar y repoblar las plazas reconquistadas. Para atraer a los colonos, los reyes cristianos conceden a poblaciones fronterizas una serie de privilegios económicos y sociales que quedan reflejados en los fueros de comunidad y villa, el fuero breve de Sepúlveda es el más antiguo escrito que se conoce (1076). En él quedan reflejados tanto los límites y aldeas que lo constituyen como el nombre de los infanzones dueños de la tierra.

La provincia de Segovia fue repoblada con personas procedentes del norte de la península (astures, gallegos, vascos) que se agruparon, por lo general, en pequeñas aldeas (no más de cinco vecinos) muy cercanas entre sí, intentando aprovechar las tierras fértiles y los manantiales de agua circundantes. En el Villar de Sobrepeña se conserva en la memoria la creencia de una procedencia cántabra.La toponimia actual de los pueblos segovianos procede de esta época y en el término municipal del Villar de Sobrepeña hay una buena cantidad de nombres que indican construcción (Las Casas, Casacaida, etc.). Tanto estos indicios como el recuerdo en la memoria colectiva, dan crédito real a la existencia de una serie de aldeas anejas al Villar de Sobrepeña. Una de estas aldeas debió estar situada en la lastra casar (cerca de las escuelas), llamada "Casar de Sancho" y que probablemente se aprovecharía de agua del pozo cercano. Otra de ellas fue "Casar de Don Rodrigo" (Casanrodrigo), nombre idéntico al de la senda que sale del Villar con dirección sureste y que estuvo situado muy cerca del linde con Consuegra. La tradición oral, no sólo recuerda la situación de estas dos aldeas, sino también de otras, una en el lugar hoy llamado los palomares y otra cerca del enebrón. Parece ser que todas estas pequeñas poblaciones tenían por costumbre ir a oír misa los domingos al Villar. En la entrada de la sacristía hay una inscripción fechada en el Siglo XVII, por lo que se puede pensar que con anterioridad, ya existía una edificación religiosa a modo de capilla o cripta en la actual Iglesia.

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